Niebla
Veo tu encantador reflejo en el espejo y quedo hechizado al ver tu mágica y perversa sonrisa.
Después de un arduo viaje llego a la ciudad que está cubierta por una manta de niebla que desciende lentamente, recorro las calles de aquel barrio adinerado pensando en que le diría a tu padre para que me dejara invitarte a salir. Llego a tu puerta y la golpeo, pero nadie abre, me dirijo a la ventana y te veo a través del cristal, tú me vez y te envió una mirada que dice “te quiero”, te levantas y atiendes la puerta, después de tanto tiempo sin sentir nuestros cuerpos me abrazas, en ese instante empieza a llover y por primera vez desde que nos conocimos en aquel colegio de barrio, me besas, es un beso carnal y profundo salido de los más primitivo de nuestro ser, en ese momento mi amor y gusto por ti aumentan. De la nada aparece tu padre preguntando por ti, pero por la niebla él nunca se enteraría que yo estaba ahí.